• La Albarda, pico insigne del senderismo

    El Autor

    Rigoberto López Honrubia

    Profesor de Psicología de la Salud en la Facultad de Enfermería

    Cruzamos Ayna y seguimos hacia Royo Odrea, aparcando junto al Cortijo del Pontarrón. Bajamos al Río Mundo y por el primero de los puentes cruzamos al caserío donde se inicia esta senda al pico de La Albarda.

    Pico de La Albarda.
    Fotografías: Manuel Martínez Vergara

    Partimos de 700 metros y el punto geodésico se encuentra a 1.254 metros. Saludamos a un paisano que se dispone a coger las olivas “que le dejen las cabras” y nos señala el itinerario. Por la umbría, siguiendo el arroyo, entre oliveras en escalón por una senda de herradura con sus hormas perfectamente delimitadas, vamos subiendo sin prisa, pero sin pausa.

    A media montaña son los pinos los dueños del terreno. Es media mañana, pero aún hay bastante relente y escarcha. Las vistas del Pontarrón, los Cárcavos, Royo Odrea, el collado de las Hoyas, y las muelas de San Martín y el Royo, son un espectáculo sin igual. Arriba a nuestra izquierda pasa la CM 3203 dirección a Elche de la Sierra.

    Cabras camino de La Albarda.

    Cruzamos el arroyo y seguimos a la derecha hacia Los Ortegas para ir enfocando la Albarda, cuya mole no divisamos hasta que estamos casi en su base. Una manada de cabras montesas guiadas por dos armados machos se pasea frente a nosotros; los cuernos incipientes de un joven delatan el futuro relevo de los genes en la manada.

    Esta senda no viene en el IGN

    Esta senda no viene en el IGN a pesar de su extraordinario trazado, aunque no pasa desapercibida a algunos wikilogueros, de hecho, hay marcas de reciente trasiego y otros restos en la senda. Los montoncitos de piedras van supliendo las marcas del GR, a los que de vez en cuando contribuimos con las nuestras. Ya en el collado seguimos a la derecha para voltear la mole de la Albarda por su cara sur.

    Albarda.

    Este último tramo se pone exigente. Algunas cuevas y abrigos nos recuerdan los mocárabes de otras construcciones. A pesar de su apariencia externa La Albarda apenas tiene una columna vertebral de un metro de ancho de angulosas piedras y varias decenas de metros de largo. Su silueta recuerda un aparejo de las caballerías que se ponía en el lomo para cargar y que no hiciera daño al animal, de ahí su nombre. A veces.

    Por la carretera de Bogarra se confunde con el Padrastro, con el que comparte cuadro cerca de la Sarguilla. Ya arriba nos dirigimos al punto geodésico desde donde estamos de acuerdo que hay unas de las mejores vistas de la provincia, circulares y sin obstáculos entre sierras. Hoy tenemos una especial claridad para divisar picos sobre todo hacia el sur oeste, y hacia el noreste hay una superposición de montañas y sierras apegadas por la neblina que las hacen espaciales.

    La Albarda con el pueblo de fondo.

    La Sagra, Sierra las Cabras, Mentiras, Peña Palomera, Picos del Oso, Argel, Almenara, Coronillas, Sarga, Padrón, Padrastro, Ardal, Piñonero, Ballestera, Peña Tuerta, Castillarejo, Molar… Las Casas del Pozuelo, entre el Halcón y la Peña del Caballo, campamento base para acceder a la Cueva del Niño, delicia del arte rupestre que puede visitarse si se concierta con el ayuntamiento de Ayna, a la que también puede accederse desde San Martín cruzando el río, ya no hay puente, dejando a la izquierda el Cortijo del Avellano. 

    Tras los reconocimientos más elementales, sacamos las meriendas que compartimos gustosos, tras lo cual nos relajamos un poco en este espacio singular. Contemplar esto nos hace sentirnos afortunados y nos salen muchas exclamaciones de júbilo.

    Vista desde La Albarda.

    También permanecemos en silencio y nos ensimismamos, tenemos presente que tanta belleza es fruto de un esfuerzo considerable y nuestros cuerpos, menos serranos, van acumulando achaques y no sabemos cuál será nuestra última montaña mágica. Pero este saboreo está sucediendo en este momento y no nos vamos a dormir. Y el cuerpo me pide ser agradecido con el diseñador de todas las etapas de estos 10 años, Manu, el padre del nene que nos guía y nos informa

    Llevamos cerca de 1.500 kilómetros entre pecho y espalda. Hoy hemos subido casi 600 metros, aunque hemos andado 2 kilómetros.

    Para compensar, bajamos por las Losas de la Albarda hasta un camino que lleva a la carretera AB508 y por los Majales cruzamos la CM 3203 para seguir el carril hasta el Collado de las Sabinas. Terminaremos haciendo el clásico campo a través, en tanto encontramos el camino bueno, varios cientos de metros más abajo que, entre madroños y olivos enjaretados para ahuyentar a las cabras y los jabalíes.

    Llegamos al Mirador del Infierno

    Nos llevará hasta el Mirador del Infierno, punto de comprobación del vértigo en sus visitantes y desde ahí, carretera abajo hasta Las Hoyas, donde nos encontramos con Pedro, el enfermero que tiene aquí su casa “para descansar”, aunque hoy está haciendo leña en compañía de sus dos hijos y ayudado por su suegro.

    Desoyendo su consejo, nos aventuramos a seguir una senda a la izquierda del río, entre huertos abandonados y acantilados que discurre paralela a la acequia o es sustituida por ella y que en varias ocasiones nos vemos obligados a abrazar las piedras que la cobijan para poder avanzar, y otras nos lamentamos de no poder entrar a algún huerto colmado de caquis maduros.

    Pero la insistencia tiene su recompensa y al final conseguimos cruzar el río por el mismo puente que lo hicimos en la mañana y zigzagueando la senda subimos a la carretera junto a el coche aparcado.

    Hemos caminado 13 kilómetros

    Son las 5 de la tarde. Para despedirnos del año, entramos a la plaza de Peñas de San Pedro y allí chocamos nuestros vasos deseándonos seguir disfrutándolo en el próximo año.

    Terminamos sabiendo que hemos andado 13 kilómetros, con casi 700 metros de ascensión. Uno de los picos insignes del senderismo de Albacete.

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