• Proyecto Helena: educación sexual y TCA

    El Autor

    Elena García Gregorio

    Psicóloga y sexóloga

    Este proyecto se llama Helena porque la mitología griega la define como: “Luz que brilla en la oscuridad”. Hija de Zeus, destacada en la historia mitológica como mujer joven de tal belleza, cuyo rapto provocó una guerra; la guerra de Troya. Elegimos este nombre como metáfora del valor de lo femenino vinculado a la belleza física, susceptible de ser “raptada”, cosificada y desprendida de su conexión con su Yo (sexuado) interior.

    Proyecto Helena

    El nombre en femenino, por otro lado, nos señala la visión de género necesaria cuando intervenimos en problemáticas relacionadas con la sexo-afectividad y las conductas alimentarias, protagonizadas en mayor parte por mujeres jóvenes.

    Por último, una referencia a la guerra, como parábola de la lucha que se libra en el cuerpo y la mente de las personas que padecen un trastorno de la conducta alimenticia.

    Estas son las palabras, que dedica mi compañera Carmen Toledo a la presentación del “Proyecto Helena”, que llevamos a cabo en Asexórate (asociación de Educación Sexual y Planificación Familiar de Castilla-La Mancha).

    Experiencia sexual y conducta alimentaria

    Planteamos esta línea de trabajo, basándonos en la premisa de considerar que existe una correlación significativa entre la experiencia sexual afectiva, y la conducta alimentaria. De esta relación, contemplamos la necesidad de promocionar la educación sexual-afectiva para la prevención de trastornos de la conducta alimentaria (TCA); puesto que nos apoyamos en diferentes investigaciones científicas y en la propia observación que nuestro trabajo en el campo de la educación y la salud sexual, nos ha permitido.

    Puesto que no nos parece descabellado pensar que, quien no está reconciliado con su figura corporal y autoagrede su cuerpo, parece también difícil que pueda relacionarse positivamente con los demás; no solo a nivel comunicativo-afectivo, sino también por aquellos otros códigos de comunicación que se imponen directamente a nivel sexual, ya que la sexualidad es un lenguaje “corporal” y la insatisfacción con el cuerpo limita su potencialidad comunicativa.

    Investigaciones

    Existen muchísimas investigaciones científicas que explican las razones del por qué los trastornos de la conducta alimentaria afectan a más mujeres que a hombres (95% mujeres, 5% hombres), en especial a mujeres adolescentes y adultas jóvenes, periodo del ciclo vital en el que la identidad y la confianza íntima es prominente en el desarrollo personal del género, por lo que no es raro considerar que el rol genérico influya en su génesis.

    Pero pese a los estudios que hasta la fecha parecen indicar que esta problemática se observa principalmente en mujeres, no podemos desestimar el hecho de que pueden darse casos entre varones.

    Masculinidad

    Algunos documentos hablan de este problema, mencionando características diferenciadas, también explicadas desde los parámetros del género, como podría ser que en el caso de los varones, los síntomas de la falta de autoestima y la presión de masculinidad, suele enfocarse hacia conductas impulsivas como la actividad física, y sobretodo destacar las dificultades que los varones tienen para reconocerse como víctimas de un trastorno de estas características.

    Por lo que nuestras acciones de prevención universal, llevadas a la práctica y apoyadas por el Ayuntamiento de Albacete, gracias a su subvención, trabajan los contenidos que versan sobre cuestiones como la construcción del género, la feminidad y masculinidad legitimadas, y las consecuencias de la sociedad de consumo en la relación con nuestros cuerpos.

    Institutos

    Durante el desarrollo del Proyecto Helena, en diferentes institutos de Albacete y espacios educativos no formales, hemos podido escuchar preocupaciones y falsas creencias expuestas por numerosos adolescentes, que apoyan nuestro planteamiento inicial, hecho que debe ser intervenido para que la sexualidad de estas personas en un futuro esté libre de estereotipos, prejuicios, falsos mitos, mandatos sociales… y plena en diversidad, respeto y sobretodo, en conocimiento y aceptación propia e individual.

    ¿La felicidad en la belleza?

    Ya que los jóvenes y adultos, hoy en día, perseguimos características, como delgadez, belleza, erotismo, seducción, seguridad, juventud… con tal intensidad y gasto de energía, como si de ser feliz se tratase; sin paramos a reflexionar en la diversidad y subjetividad que cada una de estas características abarca.

    Nos encasillamos en la idea de que se establecen sobre una dicotomía del soy o no soy, generando así multitud de metas insalubres o inalcanzables, relaciones eróticas gobernadas bajo la dictadura del coito o modulando nuestra expresión erótica a actitudes, consentimientos y comportamientos que para nada nos definen.

    Sexología

    Y esta es parte de la lucha que lideramos desde la Sexología, trabajar para romper dicotomías y transformarlas en continuos que abarquen a todos los sexos, libres de presiones sociales, que condicionen nuestra aceptación, ligada a lo íntimo, personal o importante que es elegir cómo queremos expresarnos eróticamente (siempre y cuando elijamos expresarnos) sin que sea susceptible de generar complejos enmarcados en los parámetros del ideal de belleza que la cultura occidental define.

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